Se basa en la tecnología de contactores de membrana. Este tipo de membrana es hidrofóbica, es decir, no permite el paso del agua a través de ella.
Se consigue el paso del gas a través de la membrana creando vacío y/o utilizando un gas de arrastre en la parte de la membrana opuesta al paso del líquido. En función del diseño empleado se puede llegar a tener una concentración inferior a 10 ppb del gas no deseado.
Los procesos más utilizados son el de eliminación de oxígeno (desoxigenación) o eliminación de CO2 (descarbonatación), pero se puede eliminar cualquier gas que sea compatible químicamente con la membrana.
La ventaja de este sistema es la gran superficie de contacto en poco espacio y la obtención de líquido con muy bajo contenido en gas, evitando la contaminación atmosférica, en contra de los sistemas típicos que necesitan un gran espacio, son susceptibles de contaminación, y nunca alcanzan los niveles de concentración que se obtienen con los contactores de membrana.
Este tipo de proceso se utiliza también para disolver un gas en agua (oxigenación o carbonatación) introduciendo el gas a presión a través de la membrana