Se basa en el poder bactericida de la luz ultravioleta para la obtención de agua libre de patógenos.
La luz ultravioleta proporciona una destrucción rápida y efectiva de los organismos perjudiciales, sin el uso de productos químicos, por lo que no afecta ni al sabor, ni al olor y no produce ningún cambio en las propiedades químicas del agua.
Una gran ventaja es que, a diferencia de lo que ocurre con los productos químicos, los microorganismos no generan inmunidad.
Son equipos fáciles de instalar, de fácil mantenimiento, con bajos costes de explotación y pequeño tamaño. La única exigencia es que se ha de disponer de un agua limpia sin materia en suspensión.